diumenge, 21 de setembre del 2008

La Vanguardia 20-08-2008

LA LISTA QUE SALVÓ MI MATRIMONIO

Becky Zerbe, autora de La lista que salvó mi matrimonio,relata: "Había llegado el día, había esperado demasiado, hice una bolsa y me fui con mi hija de 14 meses a casa de mis padres. Estábamos en la cocina, mi madre cogió un folio y trazó una línea vertical en medio. Me pidió que escribiera en la columna de la izquierda todas las cosas de Bill que hacían imposible mi vida a su lado. Al ver la línea pensé que luego me pediría escribir las cualidades a la derecha, y empecé con la larga lista de agravios y defectos de mi marido. No recogía su ropa, se sonaba ruidosamente, no me compraba nunca un regalo, no aceptaba sugerencias sobre su indumentaria, era bastante tacaño, no ayudaba en casa, no me hablaba... La lista llenó el folio, estaba convencida de tener argumentos para no querer vivir más con él. ´Me imagino que ahora tengo que describir sus cualidades a la derecha´, pregunté a mi madre. ´No - respondió ella-. Ya las conozco. Quiero que escribas por cada tema marcado a la izquierda, tu reacción, cómo respondes, qué haces...´ Fue más difícil que buscar sus cualidades. Yo había analizado sus defectos e incluso sus cualidades, pero no me había cuestionado acerca de lo que yo hacía: ponía mala cara, lloraba, me enfadaba, actuaba como mártir, deseaba haberme casado con otra persona, no le hablaba, me sentía superior, la lista parecía no acabar nunca. Cuando terminé mi madre cortó el folio por la línea vertical, tiró a la basura la lista de la izquierda y me entregó la de la derecha. ´Llévatela a casa y reflexiona sobre estas cosas, si después de hacerlo continúas creyendo que lo debes dejar, papá y yo te ayudaremos en lo que haga falta´. Me encontré con una lista de conductas mezquinas, prácticas vergonzosas y respuestas destructivas. Me di cuenta de que muchas cosas eran ridículas y que con mi respuesta no solucionaba nada, muy al contrario, agravaba cosas que en un principio no tenían tanta importancia. Nos centramos en los defectos o debilidades de la pareja sin recordar las propias y el papel que tenemos en la dinámica de nuestra relación. Pensamos sólo en que si ella cambia en esto o en aquello, entonces seremos felices. Estamos tan deseosos o ansiosos por cambiar a nuestra pareja que no podemos ni imaginarnos cómo contribuimos a estas horrendas conductas. Cambiar nosotros mismos es la respuesta".

(Llegit al suplement "Estilos de Vida" de La Vanguardia, en el reportatge titulat "Quiero que mi pareja cambie", de Marta Mejía, psicòloga)

1 comentari:

ric@rd ha dit...

per casualitat, o no... he aterrat al teu bloc, que sembla inactiu des de fa dos anys, i he llegit aquest article que vas penjar-hi...
he quedat un xic, o un molt, desconcertat... quanta raó!
i que poques vegades ho tenim en compte
gràcies per haver-lo postejat
s@lut